Pensamientos
道Cuando a lo largo del duro “DO” tenemos que luchar contra diferentes adversarios y vencemos, entonces nos damos cuenta que el más difícil oponente es uno mismo.
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Al alumno primero se le enseña a preparar la tinta, después a realizar por primera vez líneas vulgares y poco a poco se le forma para que componga un cuadro. Pero un cuadro no se puede componer por trozos, pues cuando disfrutamos de un amanecer en el mar, la brisa, las olas, la arena y todos los elementos que componen el momento no son bellos por separado sino cuando se complementan a la perfección unos con otros.
En el Do marcial hemos de fijarnos en cada línea del cuadro y en cada grano de arena pero sobre todo debemos disfrutar del paisaje que se revela ante nosotros.
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道場 Dojo, es el templo donde cultivas tus habilidades, donde limas tus defectos y moldeas tu ser. Dojo es el lugar donde se crean los mejores lazos porque en el Dojo se pone a prueba tu ser.
¿Qué haces, practicante que vas a sudar a un sitio cerrado en vez de disfrutar el mundo? Voy a mi mundo.
Respeta a tu Dojo así como respetas a tu sensei y a la práctica que realizas. Cuando entras en el, deja de ser un gimnasio, una sala de baile o el sitio de deporte habitual de otra disciplina. Cuando el sensei y tú entras en el Dojo este se convierte en el sitio que te ayudara a descubrir tu camino.
Como alumnos debe nacer de nosotros el mantenerlo en el mejor estado posible (aunque no nos paguen por ello). Tu espíritu se enriquecerá, estarás más cerca de entender el verdadero Budo y tu ego menguará.
Hoy llegan al Dojo alumnos nuevos y lo primero que se sorprenden es que tienen que limpiar el Dojo. ¿Acaso no pagan para que también este limpio el Dojo?
El agua moldea a la piedra lenta pero irremediablemente. Así que, estimada piedra, no te muevas de debajo de la cascada.
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質問 Preguntas.
La pregunta es la base del aprendizaje. Si no hay preguntas, no hay evolución ni completa compresión. A no ser que el alumno se encuentre con el perfecto maestro que sepa enseñar justo lo que se puede aprender en la cantidad justa que se puede asimilar.
Aún así, sería pretencioso como alumno dar por sentado que no se necesita preguntar porque se ha comprendido todo.
El buen maestro enseña para que surjan preguntas y el buen alumno lucha para encontrar las mejores preguntas.
Así que yo no concibo un aprendizaje sin preguntas.
